lunes, 8 de diciembre de 2008

Todos somos Coyote

Odio al correcaminos. Este odio, sé que es compartido por mucha gente.
Estoy convencido que en algún lugar hay algún grupo revolucionario planeando desde la oscuridad una muerte cinematográfica para el grandote emplumado.
Estamos hartos de ver cómo el bicho ese abusa de la nobleza del pobre Coyote. Nos conmovemos cada vez que nuestro peludo amigo cae desde un precipicio. Nos resulta tremendamente doloroso que todos los artefactos ACME terminen jugándole en contra.
Queremos ayudarlo con sus heridas, queremos cómo él, matar al puto pájaro.
Un sentimiento similar tenemos con Jerry, el ratón marrón con orejas grandes que vuelve loco al gato Tom.
Pero sin dudas, nuestro odio se lo lleva el correcaminos.
Su bip-bip molesto, su mirada soberbia y su mueca entre “te cagué” y “no me vas a atrapar” no nos deja dormir tranquilos. Solemos tener terribles pesadillas dónde somos picados por el bicho ese… Y algunos suertudos, alguna vez soñaron con sus manos llenas de sangre y plumas.
Si algún impío lector, conoce dónde son las reuniones de este selecto grupo que en algún momento saldrá a justiciar a nuestro Coyote, que me avise. Mis armas y yo, lo esperamos

2 comentarios:

Mauro Fernández dijo...

Gran resumen de tu odio interno... gran resumen del primer capítulo de una historia que cuando el tiempo lo disponga, conocerá su final. ¡Y se hará justicia!

El Gato dijo...

En verdad, tengo miedo de terminarla... y no poder salir del TV. :)