Son las once y pico de la noche, quiero dormir, estoy cansado. Vivo en un tercer piso de un edificio de ocho que tiene la particularidad de ser una perfecta caja de resonancia. Y parece que los colectiveros lo saben y cuando pasan por debajo de mi ventana, frenan con ese chittttssssssss..........chittttsssssssss..... TAN MOLESTO.
Son las casi las tres, los pibes de enfrente ponen " y todo lo negro las mano arriba" a todo lo que da...y creen, por alguna extraña razón, que cantan bien, y lo que es peor...sospecho que creen que su música le gusta a todo el barrio.
Son las cinco y cuarto, la gata se tira en una triple mortal desde el ropero a mi cama, cayendo así, de golpe, arriba mío. Casi me infarto. Le pego dos gritos, puteo a la gata que la parió y la muy turra me mira con esos ojazos celestes que me derriten y no me queda más que acariciarla un poco.
Seguramente me quede dormido así... acariciando la gata. Parecería que los colectiveros, los cumbieros y Josefina quieren que al fin me duerma.
No importa... ya es sábado... puedo pegarle hasta el mediodía.
A las 9 el teléfono... ¡Cagamos...quién se murió! Sólo por eso mis amigos y familiares saben que pueden molestar a esas horas un sábado.
Hola...lo llamamos de telefónica para ofrecerle DUO.
¿Lo qué? pregunté sin entender nada....
Pero ya era tarde... mi pregunta demostró interés. La mina no me dejaba explicarle nada. Por momentos pensé, pobre mina... que laburo de mierda debe ser andar despertando gente... ella no tiene la culpa. ¿Y de quién es la culpa? Tuya, salame... decía mi voz interior. Con lo cómodo que estabas cuando vivías en el oeste!! Ahí a las once de la noche ya no tenés bondi.... A las tres de la mañana los pibes están tan mamados que no joden... a las cinco y cuarto la gata andaba putaneando por los techos. Y la muy hija de puta de telefónica te hubiera despertado igual!!!
La mandé a cagar. Le dije que le iba a hacer juicio. Que si había un Dios se quedaría muda...
Pero ya no pude volver a dormir....
miércoles, 3 de diciembre de 2008
Maldita noche
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5 comentarios:
Como la nostalgia tira devuelta al barrio...
Exiliados en Europa, en Miami o en Palermo.
Yo al Oeste no lo extraño ni un poco, para que mentirte...
Me acostumbré tanto a tener todo cerca y a mano, que esa comodidad no la cambio por nada.
Y no te metas con Josefina, eh! Ojito. Podrías mandar por mail foto de esos ojos celestes. O dedicarle un post con foto incluida, no?
Ahi tenés a la nena...
Identica sensacion cuando me vine del pueblo.--
No solo los ruidos, las luces de los autos filtradas por las persianas mal cerradas en el techo de mi cuarto...nunca paraban de moverse....meses de insomio... psicodelica la gran ciudad...
Gonzalito!
es verdad, cualquiera que te conoce sabe que es leimotiv de asesinato el despertarte antes de lo que te corresponde.
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