jueves, 11 de noviembre de 2010

Cuidado con ellos

Cuidado, todos escuchan. Y generalmente lo hacen a medias. Sacan conclusiones apresuradas, buscan aliados donde apoyarse, y dejan finalmente el barrio que llevaban en la sangre para sentarse en sus nuevos tronos de emperadores. Pero, si te ven, te sonríen. Serrat diría, entre esos tipos y yo hay algo personal.

Cuidado, que también censuran. El límite es muy fino, y vos debes saber protegerte para no caer. Censuran al no decirte las cosas de frente, censuran al querer que cierres la boca para no dañarlos. Tu verdad les duele, y como siempre, inventar una mentira sobre vos es la mejor forma que tienen de protegerse.

Son gladiadores de la basura ajena, porque la propia ya no pueden manejarla. En el fondo, antes de cerrar los ojos para dormir, les agarra culpa, porque saben que todos, absolutamente todos los que confiaban en ellos, fueron defraudados.

El mundo está dividido. El mundo está podrido por gente como ellos.

Siempre dije que un mediocre con poder es un fascista. ¡¡Basta de darle poder a los mediocres entonces!!

Que clara la tiene el Nano… miren ustedes sino…

Probablemente en su pueblo se les recordará
como cachorros de buenas personas,
que hurtaban flores para regalar a su mamá
y daban de comer a las palomas.

Probablemente que todo eso debe ser verdad,
aunque es más turbio cómo y de qué manera
llegaron esos individuos a ser lo que son
ni a quién sirven cuando alzan las banderas.

Hombres de paja que usan la colonia y el honor
para ocultar oscuras intenciones:
tienen doble vida, son sicarios del mal.
Entre esos tipos y yo hay algo personal.

Rodeados de protocolo, comitiva y seguridad,
viajan de incógnito en autos blindados
a sembrar calumnias, a mentir con naturalidad,
a colgar en las escuelas su retrato.

Se gastan más de lo que tienen en coleccionar
espías, listas negras y arsenales;
resulta bochornoso verles fanfarronear
a ver quién es el que la tiene más grande.

Se arman hasta los dientes en el nombre de la paz,
juegan con cosas que no tienen repuesto
y la culpa es del otro si algo les sale mal.
Entre esos tipos y yo hay algo personal.

Y como quien en la cosa, nada tiene que perder.
Pulsan la alarma y rompen las promesas
y en nombre de quien no tienen el gusto de conocer
nos ponen la pistola en la cabeza.

Se agarran de los pelos, pero para no ensuciar
van a cagar a casa de otra gente
y experimentan nuevos métodos de masacrar,
sofisticados y a la vez convincentes.

No conocen ni a su padre cuando pierden el control,
ni recuerdan que en el mundo hay niños.
Nos niegan a todos el pan y la sal.
Entre esos tipos y yo hay algo personal.

Pero, eso sí, los sicarios no pierden ocasión
de declarar públicamente su empeño
en propiciar un diálogo de franca distensión
que les permita hallar un marco previo

que garantice unas premisas mínimas
que faciliten crear los resortes
que impulsen un punto de partida sólido y capaz
de este a oeste y de sur a norte,

donde establecer las bases de un tratado de amistad
que contribuya a poner los cimientos
de una plataforma donde edificar
un hermoso futuro de amor y paz.

(Algo personal, Joan Manuel Serrat)



1 comentario:

Anónimo dijo...

Como digo desde hace mas de 10 años: siempre preferi a Tinelli antes que a Pergolini, Porque?
Porque los dos son la misma mierda, pero uno de ellos no lo oculta, y ya solo eso, para mi, lo hace un poquito mejor persona, de ultima, menos traicionero.